Tercera Carta...

A ti, la del corazón amarillo...

Está es la tercera carta que te escribo, y sagradamente dije que te escribiría todos los 28, fecha especial para nosotros. Y la carta de hoy tiene ribetes que no me gustan y que me duelen.

Yo no sé si esta carta llegará a ti, ni si alguna parte de ti aún se detiene cuando ve algo que podría venir de mí, pero aún así: la escribo. Porque sigo aquí. Porque todavía me sale tu nombre del pecho cuando estoy en silencio.

Y esta carta, como las otras dos, hace desde un amor que no ha aprendido a irse, y no quiere aprender a huir. Quiere estar ahí, en silencio, aguardando el preciso momento para volver a salir. Un amor que no se rinde, aunque la distancia, los obstáculos, el tiempo se hayan vuelto un muro... aunque ese tiempo sea un misterio. Un amor que sigue intacto - cambiado, sí, herido tal vez, pero nunca vencido.

No te nombro, porque eres la que se abrió en un jardín en primavera. Además, no hace falta. Porque con sólo decir "tú" ya sé que dentro de mí hay una sola persona que responde a ese llamado. La misma que florece en cada esquina de mi recuerdo, en cada espacio de lo que imagino como futuro. La que quiero que se quede aquí y no se vaya ni despegue. Tú eres la dueña de mis labios, y sigues siéndolo.

Ayer, mi mejor amiga, me preguntó sobre ti y con angustia le dije que ya no estabas. Y ella me dijo: "recuerdas esa promesa de que si llegábamos hasta cierta edad y solteros, nos casaríamos?! le dije que si y me dijo... Yo no lo creo, porque sé que cuando sea el momento, me cambiarás por ella.

Cariño, la pena sigue siendo compañera, eso no te lo niego. No tenerte, no hablarte, no saber cómo estás... me duele más de lo que a veces puedo sostener. Pero incluso con ese peso, incluso con esa incertidumbre, el amor sigue siendo más grande. 

A veces pienso que es una locura seguir aquí, escribiéndote cartas una tras otra, sin saber que algún día las leyeras, y tal vez nunca lo hagas. Pero después entiendo que no, que el amor verdadero no se apaga solo porque la vida se complica o porque los caminos se enredan. El amor verdadero espera, sin exigencias. Resiste. Y yo estoy resistiendo.

Si alguna vez dudaste, si alguna vez te preguntaste si alguien todavía piensa en ti con amor verdadero... la respuesta es sí. Siempre ha sido sí. A todas tus preguntas estoy aquí y las respuestas son sí. Si me preguntaras si dejaría todo por ti: la respuesta sería sí. Si me preguntas si empezaría una vida contigo de nuevo, aquí, en Londres o en España, te diría que sí. Si me preguntas si sería capaz de morir para verte feliz... mi respuesta es sí. 

Y es que en esta cara no te pido nada. Solo quiero dejar constancia de que sigo aquí. Y que en esta historia que nadie más ve, yo no me he ido. Y aunque sé que no estás sola y te acompañas de muchas personas a tu alrededor, que les tengo gran cariño, respeto y les agradezco tanto que no te dejaran sola, yo también sigo aquí en la distancia. Les agradezco a cada una de ellas el hecho de estar ahí, para ti... y que te acompañen y ayuden... estoy feliz de eso y no puedo estar más que eternamente agradecidas.

No sé lo que vendrá. No sé si habrá reencuentros, abrazos, casualidades universales o simplemente silencio. Sigo caminando y yendo a nuestros lugares cada cierto tiempo. Nuestra plaza, nuestro parque, nuestras calles. Pero si alguna vez hay un después... que sepas que estuve aquí, creyendo en ese después.

Tú, mi Corazón Amarillo, eres la más sincera, valiente y fuerte de todas. Y no busco convencerte de nada, porque yo ya entendí donde debo estar. Solo quiero decirte que te Amodoro. Que te extraño. Que aún te espero, aunque no lo digas, aunque no lo quieras, aunque no lo sepas.

Me despido, con todo lo que aún vive en mí.

PD: Te dejo esta canción. Es de uno de mis grupos favoritos... El amor volverá a venir...



Comentarios

Entradas populares de este blog

Tiempo de No Tener Miedo...

Traiciones que duelen...

Contact Zero...