Reflexión sobre la muerte...
Hoy reflexioné sobre la muerte y todo debido al libro de Matthew Perry que estoy leyendo. Es increíble que el mismo reflexione y diga que debería estar muerto me parece un poco impactante, pero muy verdadero porque...
¿Cuántos de nosotros hemos dicho lo mismo en algún momento? Ya sea por accidentes, circunstancias o incluso solo por el simple deseo de estarlo.
Pero acaso la muerte no es más que el límite o frontera entre lo finito y lo trascendente, que se transforma en un evento ineludible para nosotros los seres humanos y que, queramos o no, define nuestra existencia. Para otros, incluso, podría ser el último límite que te lleva a la puerta de lo desconocido.
Y es que morir es solo un recordatorio constante de que los seres humanos somos frágiles y temporales, y que no solo estaremos en este mundo por todo el tiempo que queramos. Sino al contrario, en algún momento dejaremos de existir.
Algunos filósofos, como Heidegger, decían que recordar y ser consciente de nuestra mortalidad nos hace una invitación a vivir de manera auténtica lo que nos pasa alrededor, reconociendo que cada elección, decisión y acción es irrepetible y definitiva, lo que conlleva a una serie de consecuencias que determinan nuestro existir. Es como estar en un juego que en Steam diría "Las elecciones importan" como Life is Strange o Walking Dead de Telltale Games.
La diferencia es que no tienes un botón de reinicio o para volver al Checkpoint anterior y reiniciar. Si así fuese la vida sería tan sencilla.
¿Y qué pasa si enfrentamos a la muerte? Solo podemos enfrentar la certeza de ella como verdad única, porque es ella misma que nos desafía a encontrar propósito y sentido, además de autenticidad a nuestras vidas, abrazando los elementos que realmente nos hacen ser humanos. ¿Y si la muerte realmente es una liberación del cuerpo, de lo físico y es el paso hacia lo eterno?
¿Lo eterno? ¿Qué debemos entender por eterno, si parecer que nada lo es?
Y es que el cuerpo claramente muere cuando llega ese momento, pero el alma puede verse liberada de esas limitaciones físicas al morir, por ende es una transición natural algo que no deberíamos temer porque no está en nuestro control. Y eso es lo que precisamente odia el ser humano, no tener algo bajo ese control.
Mira quién lo dice, por lo menos.
Pero como soy poético, y mi sentido romántico alemán aflora en todo ámbito; para mi la muerte si es una liberación, pero también es una especie de espejo que nos devuelve a la imagen de nuestra propia humanidad. Como reconozco que en algún momento moriré, ya no sé cuando ni como, puedo valorar de manera más profunda el presente y las conexiones y redes que vamos hilando y construyendo conmigo mismo y los demás. La muerte me recuerda que, aunque somos solo seres pasajeros y efímeros, nuestras acciones y relaciones tienen el poder de trascender. Y de trascendernos... Y dejar huella, que es un sueño que siempre he tenido.
Entonces, ¿la muerte es para mi el final de una vida? No solo es eso, es la manera en que puedo reflexionar, recordar y sobre todo vivir de manera más plena, con una clara conciencia e inteligencia de lo que soy y de lo que puedo lograr el día de mañana. Sobre todo para responder, ¿Qué hacer conmigo mismo hoy, para que pueda trascender en el futuro?
Recuerdo una gran frase de Rilke; "La muerte es grande. Estamos en sus brazos mientras sonreímos". Tal vez, solo es una puerta a una nueva forma de vivir y de existir. Y acaso, reflexiono esto porque quiero morir. Por supuesto que no quiero morir...
Lo tengo prohibido.
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