No sabía como comenzar

 Hoy empecé tarde a escribir... Por falta de inspiración, o cansancio o simplemente no querer.

Aunque me comprometí a siempre hacerlo y nunca no querer. 

Me extraño a mi mismo y a esa fuente de inspiración que en algún momento tenía y que siento que hoy se perdió. Intenté hacer de todo un poco pero no pude. Solo programé el viaje y ver que se podía hacer y se me apagó la pila. Pero se me apagó mal.

Ni siquiera ganas de hacer un rato de ocio me dieron.

Es decir... No tengo ganas de nada. Y siento que hace muchos días que no tenía momentos así de tanto bajón. ¿Me faltará algo?

Claro que si, pero también soy consciente de que aunque me falte algo. No me voy a rendir ante nada. Se vienen días de gran importancia en mi vida y que debo afrontarlo de la mejor manera posible No rendirme, no hacer nada que no valga la pena y que no sirva para construir mi futuro.

No voy a rendirme, porque mucha gente a mi alrededor depende de mí. Y si hay algo que recuerdo a diario fueron esas palabras que algún día escuché: "Sigue brillando, no apagues esa luz que te caracteriza".

No lo haré, porque si me rindo hoy, no sabría como comenzar mañana... y de las fuerzas que me quedan, intentar seguir surgiendo desde las cenizas.

Ya abracé un volcán, y no morí quemado. Por ende, en la oscuridad del vacío y la soledad del abismo no bajaré los brazos y seguiré haciéndolo de la mejor manera posible.

Y es que el destino, el universo y el tiempo están a mi favor. Eso lo sé, porque lo vi. Y no solo lo vi, sino que también lo estoy viviendo. No me rendiré por mi, y por todos aquellos que confían en mi y que siguen estando ahí. A pesar de la distancia, aún te siento al lado mío... Solo debo mirar mis manos, mi pecho, y ahí te siento cada vez más.

Y es que la distancia física no se compara con la cercanía espiritual. Y esa es la que realmente importa.